''Al final, mi vida, se mide por cada Semana Santa''

Antonio Bejarano


lunes, 13 de febrero de 2017

MIS MINUTOS MUSICALES : SUBIDA AL CALVARIO (DAVID HURTADO)


Seguro que muchos de ustedes han escuchado o les suena la marcha procesional, dedicada a la Macarena , ''Como tu Ninguna'' , pero ¿a cuantos les suena el nombre de David Hurtado?.

David Hurtado es el compositor de ''Como tu Ninguna'' , obra clave en los últimos años, puesto que hacia muchísimo tiempo que no se componía una marcha de palio con reminiscencias a los grandes clásicos como Cebrian ,Braña o  Font de Anta, aquellos clásicos dejaron obras impresionantes para la historia de la Semana Santa, obras como ''Pasan los Campanilleros'' ,''Solea dame la Mano'' o ''Macarena'' forman parte de la lista de obras mas interpretadas cada año, pero dentro de esa lista seguro que no dentro de mucho se incluye la obra que hoy os traigo ''Subida al Calvario'' de David Hurtado, una obra solemne, elegante y con la sabiduría de un maestro de la composición como es David Hurtado .La obra fu compuesta en el año 2.011, cuando todavía no se había compuesto ''Como Tu Ninguna''.

Espero que les gusten los minutos musicales de esta semana, y sino la conocen ,¡escúchenla!.¡Seguro que les gusta!.

Les dejo a continuación la fuente de inspiración del compositor para componer la obra, las palabras son suyas:


EL CUADRO QUE INSPIRÓ LA MARCHA. TEXTO: DAVID HURTADO: 

Tenemos que pintar una ascensión al Gólgota digna, me dijo Tintoretto. Cuando empecé a observar el camino trazado por el pincel del pintor me percaté de lo que él consideraba dignidad en el suplicio. El camino hacia la muerte, por más que se diga, nunca se muestra como digno. Hay en ese trecho venturas y desventuras, y cada quien las sortea a como dé lugar. Tintoretto deseaba una ascensión pormenorizada, donde no faltara el detalle del tropiezo, la pesadez de los maderos arreados por los culpados, los espectadores de una ceremonia macabra, los acompañantes voluntarios no creyendo todavía lo que ya ha sido anunciado. 

Tintoretto ha pintado una agonía que ha iniciado mucho antes de que los clavos horadaran pies y manos, de que los cuerpos de los ajusticiados quedaran tendidos sobre el madero, entre un cielo que se resiste a llevarlos y una tierra que ya los ha alzado en su pedestal. 

Uno de los tres ajusticiados parece tener más empeño en la subida, ese tal que dicen que su delito ha sido convencer a la gente de que sea buena, pero de que no se deje engañar. Eso es lo que comentan los curiosos. Unos lo habían visto en otras ocasiones, otros era la primera vez que lo contemplaban, arrastrando ahora su madero. Ni unos ni otros comprendían. Por ser bueno no se mata a nadie, comentaban los segundos. Y se fijaban en los semblantes de los otros dos ajusticiados, con cara de terror, con cara de blasfemia, con amargura en el semblante, con ganas de rebeldía continuada. Esos sí, decían, unos. Ni esos ni nadie, comentaban otros. Tintoretto ha querido dejar plasmado en el lienzo ese momento de la caminata forzada, obligada, hacia una muerte nunca aceptada. 

No sólo hay un Cirineo, hay más. Cada reo ha conseguido el suyo. Pero eso no obsta para que los maderos sigan pesados, insoportables. Es preferible quedar en el camino, piensan los dos de atrás. Por eso avanzan más retardados, con menos ganas de llegar. 

Jesús anda ya casi en el último trecho. Algún tropezón más, alguna caricia más, inclusive, de quienes a él osan acercarse. Alguna mirada de no se preocupen, la suerte está echada, está cumpliéndose, paso a paso, lo que había sido anunciado: como cordero llevado al matadero. Arrastrado. Una soga azuzándolo para que no se desmorone antes de tiempo. 

- Eso es lo que yo llamo dignidad –me dice Tintoretto. 

Los pinceles de los pintores conservan siempre la dignidad que les dicta el momento de la luz, el momento de la oscuridad, el momento de la llegada. También los estandartes intentan poner dignidad en la sentencia. No se trata de la exaltación de la muerte sino del cumplimiento de la ley. Eso dicen los estandartes, eso dice este camino empinado, tortuoso, de mal andar, inventado por el pintor. 

Pocas energías quedan ya para el último tramo. Cuando alcen las cruces habrá menos sangre en los cuerpos y el final será más rápido. Pareciera ésta una forma de compasión, pero no. Tintoretto asegura que no, que eso es lo que menos importa a quienes no preocupa esta muerte. Y tal como el camino transcurre, pareciera preocupar a muy pocos.

Extraído de : http://www.patrimoniomusical.com/foro/viewtopic.php?t=2864


Subida al Calvario de Tintoretto.


José María Cámara Salmerón

Cofrade y Soñador
17/5/13

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