Permitidnos
soñar con la Gracia y la Esperanza.
Inevitablemente el tiempo
comienza a acelerarse cuando la cuaresma comienza a llegar a nuestras vidas.
Hay tardes en las que caminamos y por nuestra mente revolotean ideas muy
cercanas a atardeceres perfectos, y mañanas soleadas en el Paseo. Cuando llega
la Cuaresma parece que el pueblo cambia progresivamente. Cieza cuando llega la
Cuaresma florece al mismo compás que marcan nuestros campos y el redoble del
tambor cuando la cuestión es marcar el paso a la Dama del Jueves Santo.
La Semana Santa la forman
miles de personas, personas que se ponen la túnica y llevan las imágenes,
personas que se ponen su capuz haciendo de el su rincón de oración y Fe, pero
también la Semana Santa la forman personas que silenciosamente ponen su granito
de arena para que se abra el pórtico de la Gloria en nuestras calles .Esa es la
otra Semana Santa, la Semana Santa silenciosa, pero la que sin la que nuestra
Semana Mayor no tendría el esplendor que tiene año tras año. Los Hijos de María
siendo conscientes de ese valor de compromiso y esfuerzo silencioso nombraron
Cofrade de Honor a D. Manuel Ríos López, ‘’Manu’’,
para los que somos Hijos de María. Manu encarna sin lugar a la duda valores
como la entrega, amor por su cofradía, sentimiento y amabilidad. ‘Manu’’ hizo que los presentes
supiéramos que verdaderamente existe esa Semana Santa que reconoce a las
personas que desde la sombra nos hacen vibrar cuando las imágenes la calle pisan.
No me cabe la menor duda de que Manu y su mujer, desde el cielo, prepararon a
la Dama del Jueves Santo para que de nuevo otro año más recorriera, como Ella
solo sabe hacer, las calles que la conducirían hasta su Casa de Hermandad.
Ni un solo hueco quedó
solitario mientras Nuestra Señora de Gracia y Esperanza discurrió por las
calles de nuestro casco antiguo, un casco antiguo entregado a la imagen que
volverá a regalarnos un Jueves Santo de amor fraterno .El sábado todo era como
siempre, pero a la vez distinto, las mismas marchas interpretadas por ‘’No Tenemos Prisa’’ – fantásticos como
siempre- los niños y niñas del tercio infantil nerviosos por ponerse por
primera vez su túnica , el estandarte marcándonos el camino hacia un nuevo
despertar de pasión. Todo era igual, pero algo había distinto, un algo solo
cercano al ojo curioso, y es que por primera vez en la historia de la Semana
Santa – me la estoy jugando, si me equivoco perdónenme- una mujer desempeñaba
el papel de capitana de un trono, una mujer era Cabo de varas de un paso
procesional. María Turpín todo temple, saber estar, emoción contenida y entrega
paso desapercibida entre el público. Su nombre ya queda para la historia de una
cofradía que en poco más de cuarenta años ha sentado catedra en la igualdad de
la mujer en las cofradías.
María Turpín, el recuerdo
de los que ya no están, Manuel Ríos, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, su
cofradía, los niños y niñas del tercio infantil , la música y por supuesto,
siempre presente, Cieza nos dejaron un poco más abierta la puerta a una nueva
Semana Santa. Una nueva Semana Santa que poco a poco se deja ver en el aire, se
deja oler en el aroma a flores recién nacidas y se puede comenzar a vislumbrar
cuando el astro rey brilla en lo alto del cielo. Ese cielo que durante siete
días baja a Cieza para hacer del cielo nuestras calles, entregándonos las
llaves San Pedro para hacer de nuestros cortejos la misma gloria personificada
en todas y cada una de las personas que forman la Semana Santa de Cieza.
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Todo el material esta sujeto a una licencia Creative Commons, y si alguien quiere alguna foto en particular debe ponerse en contacto conmigo.
José María Cámara Salmerón
Cofrade y Soñador
17/5/13
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