''Al final, mi vida, se mide por cada Semana Santa''

Antonio Bejarano


domingo, 2 de noviembre de 2014

EN CLAVE DE ACTUALIDAD: ARTÍCULO DE PASCUAL GÓMEZ YUSTE SOBRE EL OTOÑO EN LOS CAMPOS CIEZANOS

En el día ayer el grandísimo periodista local, y buen amigo mio, D.Pascual Gómez Yuste escribió un artículo en la web municipal ,artículo en el cual  hablaba de la llegada del otoño a los campos ciezanos, una conversación con Fernando Galindo donde  este último nos descubre su forma de fotografiar la caída de la hoja ,los mejores parajes y algún que otro secreto.También en la página de facebook ''Otoño en Cieza'' pueden ver algunas fotografías que sin lugar a dudas hacen que veamos la grandeza del otoño en Cieza.

Que lo disfruten.


EL MEJOR OTOÑO ESTÁ EN CIEZA

La vista de los campos de frutales es casi tan hermosa como durante la floración, ahora con sus árboles vestidos de otoño. Las hojas son tan amarillas que se diría que tienen luz propia bajo la luz de noviembre. Claro que para imagen bonita la de los melocotoneros de un rojo intenso que hiere el corazón.

Son las seis de la tarde de un lunes y Fernando Galindo habla con arrolladora elocuencia sobre fotografía mientras procesa imágenes frente a la pantalla del ordenador en su piso de la Esquina del Convento. No hay un palmo libre de álbumes de fotos en su despacho. Las estanterías están atiborradas, los volúmenes se aprietan. Su mesa de trabajo, en la que hay dos pantallas de ordenador y varios discos duros, habla por sí sola de la pasión de este veterano fotógrafo.
Su último proyecto es el otoño en los frutales de Cieza, que ha pasado de ser un fenómeno natural desapercibido por la floración a convertirse en foco de atención, por lo que no hacer nada para promocionarlo supone, a su juicio, un "error". Asegura que Cieza puede atraer al turista también durante los meses de octubre y noviembre con un fenómeno con tantas potencialidades como la floración.
El hecho de que Galindo se haya fijado en el impacto de esta época del año en los cultivos de regadío es una clara señal de su valor. No nos extraña que sea uno de los mejores fotógrafos de la localidad. Y es que siempre tiene un punto de vista que enseñar. "Llevo varios años trabajando una temática que ha adquirido otra dimensión con la reconversión varietal. Ahora, la gama de colores es más variada", explica.
Siempre hay lugares donde se saborea esta estación del año de una forma especial, y algunos de ellos son los parajes El Horno, La Parra o La Torre. En su opinión, "el mirador perfecto es La Macetúa. Siempre busco la panorámica y aconsejo subirse a promontorios con buenas vistas. Hay que elegir el lugar y adaptarse a la luz". A pesar del amplísimo trabajo que ha abordado en los últimos años, Galindo sigue con su objetivo: "Cada mañana una salida al campo".
No es fácil. Hay que ir a los mejores lugares a buscar esas estampas. La otra semana fue a La Torre creyendo que no había llegado hasta allí el momento más álgido del otoño como en otros sitios, y se encontró con un paisaje adueñado por las neblinas. "Las nieblas en Cieza se suelen formar en La Torre y se mueven por el cauce del Segura, que hace de pasillo natural".
Fotografías que conservan intacta toda su intensidad. Así son las imágenes que toma a través de sus ojos curiosos. Reconoce, primero de todo, que es un privilegio estar en el momento adecuado y en el sitio idóneo. Su mejor arma es otra vez la minuciosidad, su cualidad contemplativa, lo sugerente del plano, el clima que le procura a sus instantáneas y la fuerza del encuadre.
Dice Galindo que siempre hay algo nuevo que mostrarle al público. Tiene la fortuna de dedicarse a algo que le gusta mucho. El resultado es un trabajo muy personal que, a juicio del autor, "persigue la estructura y la composición de detalles o el conjunto del paisaje, dándole un aire pictórico". En algunos planos están presentes árboles que todavía no han sustituido el color verde de sus hojas por el amarillo o el encarnado.
Visto a lo lejos, se diría que es un paisaje primaveral propio de los cultivos de frutales. Pero a medida que se avanza por las interminables explotaciones de melocotoneros, aquellos colores cobran vida y lo que parecía un campo de frutales en flor, son las hojas que brillan luminosas bajo el tibio sol de noviembre. La pigmentación en las hojas ha obrado un milagro que nada tiene que envidiar a la floración en primavera.

Se entiende la voracidad con la que sus seguidores de las redes sociales han devorado sus reportajes fotográficos: son hermosos, magníficos y retratan el otoño en los campos de melocotoneros con maestría. Y es que aúnan calidad fotográfica y excelencias paisajísticas. Pero lo esencial de esta época del año, lo que la hace singular es el impacto que causa en cualquier espectador.












José María Cámara Salmerón
Cofrade y Soñador
17/5/13

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