''Al final, mi vida, se mide por cada Semana Santa''

Antonio Bejarano


lunes, 6 de octubre de 2014

INCIENSO Y PASIÓN: EL MÉDICO DE SAN LORENZO, UN ARTÍCULO SOBRE UNA DURA ENFERMEDAD Y ESTA TALLA DEVOCIONAL

Hace una semana el diario cofrade Pasión en Sevilla , publicó un texto precioso sobre una persona con una dura enfermedad y su médico particular ''El Señor del San Lorenzo'' El Gran Poder.

Un artículo donde se pone de manifiesto el dicho '' la FE mueve montañas'' así como la devoción de los sevillanos por esta talla de Juan de Mesa.

Que lo disfruten.

El médico de San Lorenzo

 Escrito por Francisco Robles Martes 23 de Septiembre de 2014 15:17

El Señor del Gran Poder / M. J. RODRÍGUEZ RECHI

El Señor del Gran Poder / M. J. RODRÍGUEZ RECHI

«Mañana empiezo la quimioterapia, y este será mi médico». El tuit con la foto del Gran Poder se quedó clavado en esa red social que hunde su tecnología en la sístole y en la diástole del corazón. Su autor se quedó clavado como un novillero que se enfrenta a pecho descubierto con la sombra que sale de los chiqueros para entrar en lo más profundo del cuerpo. Como un torero que se lo juega todo a portagayola, hincando las rodillas en el rubio albero que lo llevará en volandas a la gloria. Como un niño que se agarra a la mano de ese doctor que cura las heridas con los ojos que aparecen en una fotografía estremecedora. Ojos de almendras abatidas por el dolor. Ojos que nos miran por dentro y nos calientan el alma como el cisco picón de esa madera que es más humana que la carne estremecida.

 ¿No andan buscando un pregonero por los rincones de San Gregorio? Pues ahí tienen el pregón. En los 54 caracteres de ese tuit cabe la Semana Santa entera y plena. De pitón a rabo. Del Domingo de Ramos que sirve para que el Señor baje y nos ofrezca los nudos de sus manos, hasta la Resurrección anunciada en el alfa y el omega de esa serpiente divina que ciñe su divina inteligencia. Lo ha escrito Rafa Serna, y al cronista se le nota en la mirada esa emoción que sólo se siente cuando el negro toro de la verdad acecha el muslo latente de la vida. Cuando los cotilleos, los dimes y los diretes se quedan en la vanidad de las vanidades. 

 Entonces aparece el médico de la bata morada. El único que puede agarrarnos de la mano cuando todo se hunde en el naufragio de la angustia. Allí está. A piñón fijo. Esperándonos. Como si le fuera la vida en ello. Tiene un pasante en San Lorenzo. Un cura que se llama como la Virgen que le pone un rumor de nardos al ecuador de agosto. No hay rincón en la ciudad con tanta cochura, con tanto sedimento, con tanto dolor acumulado, con tantos agradecimientos posándose en su rostro como una pátina que nos conmueve por los adentros. Allí está Todo. Y el poeta lo sabe. Por eso se pone en las manos de quien lleva la cruz que compartirá con el cantor de la ciudad. Una cruz que es de madera, como los mostradores de las tabernas donde se forja la amistad y donde Rafa Serna beberá el vino de la alegría en cuanto todo pase. 

 En Sevilla la gran igualadora no es la muerte. Eso queda para la cosmovisión del medievo y para las insuperables coplas de Manrique. Aquí la gran igualadora es la Muchacha que parió a ese Niño que quería ser médico. El que se escapó para predicar en el templo. El que vio claro que la mejor agua es la que sabe a tinto de Caná. El que se asoma cada Madrugada al umbral del misterio para echarse a la calle en busca del que no va a verlo. Aquí la gran igualadora es la Esperanza. Y el mejor facultativo, ese doctor que pasa consulta en San Lorenzo con la bata morada. Eso es el Gran Poder. Quien lo probó lo sabe.

A continuación dejo la imagen del tweet.


José María Cámara Salmerón
Cofrade y Soñador
17/5/13

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