Quizás el título no haga justicia al contenido del mismo y es que ayer tarde no iba predispuesto a emocionarme con una estampa de la vida que sin embargo me araño el corazón y los ojos húmedos me dejó.
Eran las ocho y cuarto, cuando el Vía Crucis del Cristo de Medinaceli se ponía en la calle de nuevo un viernes más, yo me situaba en la cabeza de la procesión con el estandarte de la cofradía, pero dure poco pues llegaron dos niños y les deje el estandarte y el farol, que seguro que lo cogerían con más entusiasmo e ilusión que yo , tras esto me puse a andar y a observar todo lo que a mi alrededor acontecía, pero fue en un momento concreto cuando al inicio de la Cuesta Cosme una mujer mayor se apresuraba a por otra diciendo: ¡Dolores vamos que viene el señor , Dolores sal! y claro mis ojos se detuvieron en ese momento y centre mi atención en lo que estaba ocurriendo, pues bien la mujer seguía animando a la otra persona ,auspiciada tras la puerta, a que saliera a ver al Señor.
No me pregunten por que ni como , pero me acerque a tal puerta y le dije a la mujer ¡ cójase a mi y vamos a ver al Señor, yo le llevo!, tras esto la mujer con miedo a caer o no poder salir me agarro de mi brazo derecho y salió de su casa dispuesta a ver al Señor, mientras caminábamos la otra mujer nos acompañaba mientras que Dolores me daba las gracias por ayudarla y me decía su edad, sorpréndanse 93 años tenia la mujercita , apenas sin fuerzas iba agarrada a mi mano para ver a Dios , cuando mismo paramos la mujer soltó un aliento que pocas veces he oído en mi vida ,uno de esos con características desgarradoras e impresionantes, rogándole verdaderos puñales de FE.
Yo esperaba que la mujer viera al Cristo de Medinaceli para de nuevo acompañarla a su casa, pero ya la otra mujer reiterándome las gracias me dijo : ''yo la cuido, puedes irte tranquilo'', y así fue ,ahí deje a Dolores y a su amiga.
Puedo decir que mis ojos al irme y dejarlas se empañaron de lágrimas , no se bien por que , pero si se y debo dar gracias a Dios por que ayer me regalo uno de los momentos más bonitos de mi vida, uno de esos que te remueven hasta lo más profundo de tu interior y te hacen ver que ayudando y siendo mejores personas podemos ser muy felices.
José María Cámara Salmerón
Cofrade y Soñador.
17/5/13
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