Y en la patera, Jesús
se hizo presente…
En una de mis pasadas diarias a la
prensa nacional, leyendo La Verdad, me sorprendió una entrevista a un cura,
pero un cura especial Kenneth Chukwuka , este nigeriano es el Primer sacerdote hispanonigeriano.Leyendo la entrevista me di cuenta que merecía la pena publicarla en mi blog personal, y asi haceros un poco reflexionar sobre la vida que nosotros llevamos y la vida que otra gente lleva, una historia enternecedora, con final del viaje en JESUCRISTO y en la Iglesia de San Andrés de Murcia.
Kenneth Chukwuka / Primer sacerdote
hispanonigeriano
Kenneth
Chukwuka es nigeriano, concretamente de la etnia ighó, a los que representó en
Murcia. En España lleva residiendo 13 años, la mayor parte de este tiempo en la
Región. Formado en el seminario diocesano y el obispo le ordenó diácono el
pasado año y el próximo domingo, día 29 (18 horas) en la iglesia de San Andrés
de Murcia será ordenado sacerdote por el arzobispo de Abuja (Nigeria). Se
convertirá en el primer sacerdote hispanonigeriano.
- ¿Qué
supone para usted su ordenación sacerdotal?
- Un momento
de alegría muy grande y también una historia de sufrimiento que se culmina en
alegría. Es un testimonio de todo lo que he hecho en mi vida y me demuestra que
Dios llama y es amor. Dios llama a los suyos para que puedan dar testimonio de
su amor en medio del mundo y mi caso no va a ser el último.
- ¿Ha sido
un camino difícil?
- Largo y
muy difícil. He pasado grandes dificultades hasta llegar al momento en que
estoy viviendo.
- ¿Cuáles
han sido sus principales dificultades? - He estado viviendo como cualquier joven con su proyecto de vida, Yo quería ser abogado, quería estudiar Derecho, pero vivía en un conflicto entre mis planes personales y los planes que Dios tenía sobre mí. Mi vocación tiene dos momentos muy importantes, el primero cuando salí de Nigeria y me fui a Marruecos, para de allí pasar a Inglaterra.
- ¿Ha
viajado en patera?
- Sí. Esta
ha sido la forma de llegar a España; soy inmigrante que ha llegado a España en
patera. Un trayecto en el que te juegas la vida y donde la muerte está muy
cerca de ti.
- ¿Por qué
seminarista?
- Aquella
noche que estuve en el mar con 98 personas más en la patera, con otra al lado
con 132 personas. Nos engañaron, pues nos dijeron que en dos horas estaríamos
en territorio español y sin embargo después de cuatro horas se levantó un
fuerte oleaje hasta tal punto que la patera de 132 personas zozobró y todas las
personas fueron al mar y de ellas nunca se supo nada más. Este momento fue muy
duro en mi vida y llorando hice promesa de que si llegaba vivo a territorio
español entregaba mi vida entera a Dios.
- ¿Y qué
pasó después?
- Nos
rescató la Guardia Civil y nos llevaron a Algeciras, donde nos encarcelaron
otra vez. Pero en mi caso estuve todos los días dando gracias a Dios por haber
llegado con vida. Esto cambió totalmente mi vida. Fuimos liberados y obligados
a abandonar España en 48 horas, pero en mi caso, y gracias a un amigo que me
ofreció trabajo en Roquetas de Mar (Almería), y aunque no tenía documentación,
pude trabajar y no volver de nuevo a Marruecos. Cuando terminé en Almería vine
a Murcia, donde he trabajado en el campo durante cuatro años.
- ¿Y la
promesa que había realizado?
- Me olvidé
de ella. Tenía mi novia, ganaba dinero y ya regularicé mi situación. Pero un
día me acerqué a la iglesia de San Andrés, donde conocí al sacerdote Jesús
Abenza. Él me transmitió muy buenos mensajes y me animó a rezar en mi dialecto.
Él fue también quien después de mucho tiempo acudiendo a la iglesia me llevó al
seminario.
- ¿Y su
decisión final?
- Le dije a
mi novia que no podía defraudar a los planes de Dios y que quería ser
sacerdote. En el Seminario ingresé en 2005, y allí he estado estudiando
Filosofía y Teología durante siete años.
Entrevista extraída de la versión
digital de La Verdad de Murcia:
http://www.laverdad.es/murcia/v/20130922/region/decidi-entrar-seminario-noche-20130922.html
Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme yo los haré pescadores de hombres.” Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron.
Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los ayudantes, lo siguieron.
Marcos 1, 16 - 20
José María Cámara Salmerón
Cofrade, soñador y enamorado de ella
17/5/13
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